viernes, 30 de abril de 2021

El cuento que empieza en la nada y termina en el todo de Melissa Ocampo Avendaño

Déjenme decirles que no había nada, absolutamente nada, aunque bueno, pensándolo muy bien la nada también es algo, ¡algo que se puede llenar!!

Y fue tan perfecto y caótico que se salió de control, de repente quarks por aquí y quarks por acá, seis quarks extraños y encantadores, que entre choques bailes y unas cuantas cervezas, con tanto derroche quedaron unidos, siendo ahora neutrones y protones, de lo mucho que se agradaron, bailaron y bailaron esta vez con mucho cuidado, ¡quedando así enucleados!!, y que maravilloso por que así se formaron los primeros átomos, pero debo estar extasiado pues la verdad esto paso en menos de lo pensado, sin embargo todo era muy oscuro, entonces los fotones (unas cositas que tienen que ver con la luz) se desplazaron por todo el universo, y después de mucho viajar y chocarse se formaron las primeras estrellas.

Esos puntos brillantes que vemos bajo la noche fría y oscura, ahí es donde ocurre la magia, donde todo sucede, donde todo es posible, gracias a su energía tenemos 118 átomos, cada uno diferente, diverso, gordo, flaco, tenemos de todo, algunos más brillantes que otros, algunos más reactivos, sin embargo, todos igual de importantes, bueno, aunque unos más abundantes que otros, y uno que otro más canoso y sabio.

Tanta revolución y energía con tantos personajes se agruparon en galaxias, hermosas sí que son, también con tanto gas y polvo, se formaron planetas, donde muchos átomos decidieron vivir, y miren que hermosa decisión, todo estaba en la posición correcta, estábamos cerca de una estrella en el punto exacto, teníamos la temperatura variante perfecta, y no solo eso, uno de los lugares más perfectos para así dar el siguiente paso en la mayoría de los matrimonios, se dio paso a la vida,

Estos mismos átomos están en ti y en todo lo que tocas y miras, lo que percibes y sientes, y ahora ¿te sientes parte del universo?

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