viernes, 30 de abril de 2021

Querido S de Sara Guarín Vargas

Tu recuerdo me persigue intensamente, tengo la cabeza caliente y la garganta me quema ¿hasta cuándo me voy a sentir así? Me atormenta pensar en nuestra amistad, mucho antes de que sucediera todo lo que pasó; te extraño y todos los días te escribo el mismo “Hola ¿podemos hablar?” pero nunca le doy a enviar ¿Sabes por qué? Me asusta que te ofendas, me asusta que te haga enojar y me apuñales, pero sobre todas las cosas me asusta que me ignores.

Han pasado 4 años desde el inicio del fin, he comido mucha mierda a nivel emocional, me ha crecido el pelo, lo he cortado, me ha crecido aún más y en una rabieta me he rapado la cabeza; me he preguntado una y otra vez ¿cómo puedo sanar esto? ¿cómo puedo arreglar algo que he destrozado? Sin encontrar nunca una respuesta correcta. No me sorprende, incluso antes de ti ya vivía así. Dispuesta a morir en cualquier momento, y constantemente, no hay miedo ni límite alguno que te haga pensar ¿Esto está bien?

Pero nada estaba bien, te herí, luego tu a mí y entramos en un bucle; incluso ahora cuando nuestras vidas están aparte, aun sigues viendo mis historias, y yo sigo buscando tu nombre en ellas. Todo es tan confuso, especialmente que quiera pedirte perdón luego de tu último mensaje en el que me llamas mentirosa y malparida, pero no sé, ya que ha desaparecido toda la ira, la rabia y el asco, recuerdo tu risa, tu naricita y tus manos, tan habilidosas con la guitarra y siempre a un movimiento de las mías, y pienso “que imbécil fui”. Probablemente ni siquiera recordemos las mismas cosas el uno del otro; es hermoso y lastimero como el tesoro de uno es la basura del otro.

Se que tuviste que pasar por cosas horribles luego de que decidimos odiarnos para siempre, lamento no estar ahí para ti, apoyándote, diciéndote que las cosas iban a estar bien, porque sé que tu hubieras hecho lo mismo y más por mí. Nunca he sido temeraria, o el personaje principal de la novela, sé que tú tampoco y sé que tampoco te ha interesado.

Nos dedicábamos a perseguir nubes, a repetirnos los mismos chistes malos, a agarrarnos de la mano de vez en cuando y a que yo te negara cosas por miedo, una y otra vez. Fue estúpido, pero éramos estúpidos, por eso era maravilloso. Era recorrernos en todo, sentir un par de acordes como una tragedia irremediable y sentarnos en el suelo del salón mientras llovía a que trataras de tocar mi ukelele mientras hablaba sobre mis dibujos, esos que tanto te gustaban y que cuando los veo hoy en día me río de lo feos que eran.

Conducía mi vida a un punto sin retorno, me estrellé, me fui contra un barranco, y en el camino atropelle a un par de personas (creo que te dejé casi parapléjico) pero en 4 años el mundo ha cambiado radicalmente ¿Por qué no pensar que nosotros también? Lo siento, te hice mucho daño y espero que algún día puedas perdonarme, espero que algún día podamos reírnos pensando en esto…pero ese día nunca llegará, porque soy cobarde, y prefiero mandar esto a todos lados, menos a tu bandeja de entrada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ganadores del concurso

Primer puesto  Soplo divino de Pablo Antonio Sueche Kanube, estudiante de Ingeniería Física. Segundo puesto El zancudo de Nicolás Alejandro ...