viernes, 30 de abril de 2021

El soplo divino de Pablo Antonio Sueche Kanube

Vivía una familia en el bosque; el padre, la madre y sus dos niños, el mayor Ukudo (luciérnaga) y su hermanita Fibui (luna). Una mañana como de costumbre los padres tenían que salir al rebusque, el padre le dice al hijo:

-Hijo! Tengo que acompañar a su madre a la chagra, luego voy de cacería un poco más lejos cuide a su hermanita y no atiendan a ningún extraño.

- Bueno papá, le responde Ukudo. Estaremos esperando.

Los padres se marcharon, los niños se quedaron en casa encerrados, así transcurrió la mañana y solo habían comido un poco de fariña (granos) con caldo. Después de mediodía sobre las 3 de la tarde Fibui tenía bastante hambre y empezó a llorar, lloraba más y más, en ese silencio del campo el llanto de la niña se escuchaba lejos sollozando de hambre. Ukudo intentaba calmar a su hermanita, pero sin resultado, cuando de momento escucharon la voz de una anciana tan cerca, que a su vez tocaba a la puerta cuestionando;

¡Hijos!, ¿porque están angustiados, y su hermanita llorando?

Ukudo con el rostro triste padeciendo también de hambre le responde;

-Mi hermanita está llorando de hambre y mis padres no están.

La anciana le dice;

-No se preocupen niños aquí traigo una sarta de ranas, solo falta cocer.

Entonces la anciana le pidió que prendieran fuego bajo el caldero, Ukudo el mayor asintió con la cabeza le dice a Fibui que le ayude. Se acercaron al fogón y ambos se agacharon a meter leña y soplar bajo el caldero para que prendiera el fuego, así durante unos minutos hasta que prendió, la llama se esparcía sobre el caldero. Cuando de momento reciben un totazo y fuego dentro los metió. Los niños cayeron bajo el caldero, y calcinados la anciana los come, dejando sus restos a horilla del fogón. La anciana escucha las voces de los padres a cierta distancia y emprende su huida, corre apresuradamente por camino contrario, pero justo se topa con el padre de los niños. Este siendo un sabio con poderes extraordinarios se percata de que no hay respuesta de los niños a los gritos de su madre, que venía de la chagra por camino contrario. Detiene a la anciana y cobra venganza, le da un garrotazo en la nuca y la anciana cae inconsciente, luego con los poderes espirituales del tabaco y el mambe (dosis medicinal), aprovecha para cegar su conciencia y matarlo. El espíritu le dice que la anciana era un diablo que tomo esa apariencia comerse a los niños. Al llegar a casa, ve los huesos tirados a horilla del fogón, con gran angustia los recoge, los pone junto, luego con su expresión predilecto de tristeza, voltea la mirada a su esposa y le dice:

-Mujer no te preocupes, siempre estarán entre nosotros, y serán libres… se hace junto a los huesos, toma su tabaco, un poco de mambe se arrodilla y ejerce sus poderes para la transición de las almas, echa un soplo divino sobre los huesos y lo avienta al aire... y así sus almas se reencarnaron en unos faisanes, que con su melodía matutina traen recuerdos y llenan de felicidad a sus padres.

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