Los 5 consejos de Valentina Lozano Mosquera

Aquel día se encontraba Ana en la escuela desde hacía varias horas con demasiada fatiga por todos los exámenes de la semana, cuando de repente sintió un terrible frío que la arropaba y la encerraba en una capa gigante donde todo era nublado, pero a la vez muy hermoso, decía Ana en su interior “A lo mejor esto es un sueño”, y comenzó a caminar por el hermoso lugar.

De pronto, sintió que un alma se posó a su lado imposibilitándole cualquier tipo de movimiento, dejándola estremecida por un instante. Dicho ser poco visible, se acercó al oído de Ana y con una voz muy dulce le dijo, “Soy el ángel que te acompaña desde tu primero día sobre la tierra y esta será la última vez que podré acompañarte”. Ana sintió un gran escalofrío y le dijo: ¿Quién eres?, ¿Por qué estás aquí?, No puedo entender nada aún.

Esta alma un poco llena de amor y ternura le susurró “Vengo a guiarte, pero me queda muy poco tiempo, por lo que solo puedo darte 5 consejos, ya que no tengo nada mejor qué ofrecerte”. Ana un poco temerosa, pero llena de confianza le pidió que lo hiciera.

Esta al ver la reacción tan dispuesta de Ana comenzó con sus grandiosos consejos: Primero, a partir de ahora tu vida estará en tus manos, por lo que cualquier decisión que tomes mejorará o destruirá tu vida, por tanto, te sugiero que por favor pienses mucho antes de actuar. Segundo, todo lo que hagas, hazlo con amor: no importa qué camino decidas tomar, siempre y cuando lo hagas con amor, será el camino correcto. Tercero, aprende a cuidarte tú sola, el mundo es como un mar lleno de tiburones, y siempre que tengan la oportunidad, te verán como sangre. Cuarto, en la vida hay multitud de situaciones, muchas buenas y muchas malas, pase lo que pase no te des por vencida porque todo pasa. Y, por último, nunca dudes de ti misma, solo tú sabes que tan lejos puedes llegar.

Ana un poco nostálgica, porque sabía que pronto perdería a este ser tan maravilloso, le agradeció por esos consejos tan magníficos y profundos que le había dado. Le pidió que por favor no se fuera aún, que la acompañara por otro momento en su vida, ya que esta sería la última vez que tendría la oportunidad de sentir su presencia, aquello ser lleno de compasión le dijo que sí, pero solo bajo una condición, la cual era, no contarle nunca a nadie tal suceso, a lo que Ana muy satisfecha aceptó.

Esta pequeña, con lágrimas en sus ojos le pidió que por favor no se fuera, que la quería cerca y lo más importante, quería saber quién era ella. A lo que el alma le respondió ¿En serio te interesa saber quién soy? En un instante lo sabrás.

En ese momento Ana comenzó a sentir que alguien la llamaba ¡Ana, Ana, despierta!, estando esta recostada en uno de los últimos asientos del salón y despertando de un profundo sueño ve como su maestra trata de reanimarla y con mucha tristeza en sus ojos le dice; ¡Levántate, tu madre acaba de morir!