viernes, 30 de abril de 2021

La unión siempre da frutos buenos de Francisco C Yepes Rodríguez

Era una abeja reina con su colmena instalada en una alejada vereda de un municipio muy antiguo. Aunque la colmena producía buena miel, los productos del bosque cada vez escaseaban más, debido a la continua deforestación y a las sequías provocadas por el cambio climático. Las aguas de las quebradas también se mermaban y permanentemente las aves y otros animales de la fauna tenían que abandonar el territorio, por la escasez de alimentos.

Muchos campesinos se marcharon al pueblo cercano, porque la aridez de los suelos no les permitía producir las abundantes cosechas que obtuvieron sus antepasados indígenas

La abeja reina preocupada por la grave situación reunió a sus colaboradoras y les llamó la atención con las siguientes palabras:

- Llevamos habitando este territorio desde hace unos 10 años y aunque nunca nos ha faltado nada, en los últimos años padecimos la muerte de muchas de sus compañeras, debido a la aplicación de insecticidas en los cultivos, a la escasez del agua, los calores intensos de algunos años y falta de flores con buen polen y bastante néctar.

- Estamos amenazadas, agregó la abeja reina.

Una de las jóvenes obreras que escuchó atentamente el comentario de su madre reina, intervino:

- Es una gran verdad y a todas nos debe preocupar. Cada vez debo desplazarme más lejos y subir a las copas altas de los árboles que están en la orilla del río para obtener polen y néctar con mucha dificultad. ¿No será oportuno conversar con nuestros vecinos los conejos, antes de que se marchen por falta de comida?

Las demás hermanas contestaron en coro:

- ¡Qué buena idea!

La abeja reina intervino nuevamente al escuchar el entusiasmo de sus hijas y les comentó lo siguiente:

- La unión hace la fuerza. Hace más de 10.000 años, los primeros humanos trabajaban en mingas, convites y llevaban a cabo muchas obras de infraestructura en las veredas y entre todos, cultivaban la tierra para que no faltara la comida para la comunidad.

El conejo y su familia acosados por una situación similar aceptaron la invitación. Se reunieron en un pequeño bosque que adornaba el nacimiento del único arroyo

- Nuestro compromiso es el siguiente, anunció el conejo mayor. Todas las semillas de las frutas consumidas las llevaremos hasta los rincones más alejados y las dejaremos bien sembradas. Nos aliaremos con los pájaros Mayo que comen de todo, para que, con sus ágiles vuelos, lleven las semillas de las frutas consumidas por su familia, a los nacimientos de las quebradas agonizantes y ayuden con este trabajo comunitario, a la reforestación con plantas nativas. Podremos hacer este trabajo con dedicación, entusiasmo y sin peligro, pues los perros cazadores se marcharon al pueblo con sus amos.

Las abejas agradecieron el respaldo de sus buenos vecinos. La reina resumió la colaboración de su grupo con las siguientes palabras:

- Aportaremos el polen, el propóleo y la miel que requieran los más necesitados. Por algo somos de la comunidad de las ANGELITAS.

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